Casi, casi llegado el mes de agosto y, como se suele decir coloquialmente, con todo el pescado vendido, sólo nos falta pedir, rogar, implorar que a la vuelta de las vacaciones la situación de las materias primas mejore. También la situación de la economía mundial en general, así como la de las energías y los combustibles en particular. Y, por supuesto, que el conflicto Rusia-Ucrania cese de una vez para que dejen de padecer tantas y tantas personas.
A pesar de que nuestro sector siempre acaba saliendo reforzado y en todas las ocasiones buscamos la manera de darle una solución al cliente y no dejarle sólo, es cierto que llevamos sorteando desde el año 2020, año de la pandemia, toda suerte de devenires, crisis, huelgas y problemáticas. El incesante incremento de precios, que aún nos depara este 2022, unido a todo lo anterior, nos han dejado tocados, pero para nada hundidos, pues aún tenemos mucho que aportar al cliente para dar respuesta a las necesidades de etiquetado que demandan sus productos.
De hecho, cada vez es mayor el abanico de opciones para dar una solución novedosa, premium, de mayor valor añadido, más sostenible, bella, valiosa, ingeniosa, original, única, variada o personalizada a su etiqueta. No sólo gracias a todos los materiales disponibles en el mercado, sino también a los acabados o al sistema de impresión seleccionado y, por supuesto, al elenco de profesionales que trabajan con nosotros.
¡Os deseamos unas felices vacaciones!