¡CÓMO HEMOS CAMBIADO!

«Ahhhh…. ¡Cómo hemos cambiado! ¡Qué lejos ha quedado…!», así comenzaba una famosa canción del grupo español Presuntos Implicados, formado a comienzos de los años 80 y con la vocalista Sole Giménez al frente. Este es un poco el resumen que podemos hacer del interesantísimo artículo sobre el nuevo consumidor que publica el diario EL PAíS y que firma el periodista Javier A. Fernández.

Nuestra evolución como consumidores ha sido, en el último año y derivado de la pandemia, mucho más rápida de lo normal en el sentido de que de repente nos hemos convertido en compradores digitales por antonomasia. Y esto se ratifica con los datos pues, según se desprende del artículo, el comercio electrónico ha crecido más de un 20% en 2020. De hecho, las compras las realizamos muchas veces en horarios en los que nunca encontraríamos ninguna tienda abierta.

«¿Para qué echamos un último vistazo al móvil antes de dormir? Se puede descartar a los que quieren mantenerse informados y a los que envían mensajes de buenas noches. Un estudio de los grandes almacenes John Lewis, en el Reino Unido, descubre que, además, es el momento elegido para comprar.»

Esto, a su vez, ha hecho que estemos más informados, que investiguemos sobre los productos y sepamos cada vez más de ellos. Nos tomamos nuestro tiempo a la hora de hacer la compra, pero también como describe el texto del periodista de EL PAÍS, somos cada vez más impacientes. Además, relacionado con todo esto, destaca que ya no somos fieles a una marca.

El usuario polarizado es otra de las cuestiones que se abordan en el artículo pues la pandemia ha creado dos grupos. Por un lado, los que no se han visto afectados por la crisis sanitaria y han podido mantener su capacidad económica y de ahorro. Esto les ha permitido poder darse ciertos caprichos con la compra de «productos delicatessen, vinos o cervezas de mayor categoría», entre otros productos. Por otro lado, distinguen a aquellos que han sufrido y están sufriendo las consecuencias de esta crisis con la pérdida del empleo, la inclusión en algún ERTE o incluso el cierre de sus negocios. Estos últimos han tenido que apretarse el cinturón y buscar los mejores precios en grandes superficies.

Finalmente, no nos olvidamos de la sostenibilidad, y sigue siendo una cuestión de vital importancia para cualquier persona, más aún para los consumidores, muy preocupados por ello también.

«Otro estudio concluye (…) que el 73% de los españoles cree que, a largo plazo, la crisis climática es tan importante como la del coronavirus.»

Y EN EL MEDIO DE TANTO CAMBIO, NUESTRAS ETIQUETAS

Leyendo este texto y pensando en nuestro sector, nos damos cuenta de que caminamos en paralelo a lo que sucede en nuestra sociedad y vamos cambiando al tiempo que lo hacen las personas. Nuestras etiquetas con destino al comercio online también han crecido el pasado año y siguen por ese camino en 2021. Los productos delicatessen, bodegas y otros productores de bebidas no han dejado de dar importancia a detalles como el diseño o la calidad de sus etiquetas, buscando que la decisión final del consumidor vire a su favor.

Las etiquetas que fabricamos para alimentación han sido de vital importancia para que nuestra vida pudiese continuar, buscando así mismo opciones cada vez más prácticas, novedosas y sostenibles.

Y la sostenibilidad, una tendencia al alza que vemos muy presente en los deseos de la mayoría de nuestros clientes para sus actuales y futuras etiquetas.

Fuente: EL PAIS.