ALGUNAS SOLUCIONES DE ETIQUETADO

Si queremos etiquetar productos químicos o aceites industriales debemos saber que la etiqueta, tanto su frontal como el adhesivo, debe ser resistente y duradera pues tendrá que soportar la exposición a productos químicos, altas o bajas temperaturas, humedades, y por ello tanto la etiqueta como su impresión deberán perdurar.

Para esta aplicación los polipropilenos, polietilenos estándar o polietilenos de alta densidad (PEHD) son los más idóneos. Por su parte, los adhesivos permanentes base acrílica son los más recomendados, salvo que las condiciones de humedad sean realmente un problema.

Cuando lo que necesitamos es poner una etiqueta sobre bienes de consumo duradero, lo que debemos buscar es que la información perdure en el tiempo, al menos durante toda la vida útil del producto. Esto es lo que se intenta conseguir, por ejemplo, en el sector de la automoción. El etiquetado que lleva un vehículo debe estar garantizado, al menos y dependiendo de cada parte a etiquetar, durante el tiempo que ese coche continúe en circulación. Lo mismo suele suceder cuando etiquetamos maquinaria industrial.

En estos casos, la gama de productos durables suelen ser poco amplias, frontales a base a Poliéster o PVC (vinilos), así como adhesivos termosoldables o base solvente que garantizan, en las condiciones especificadas, una duración de hasta siete años o más, algunos de ellos.

Al buscar seguridad en el etiquetado de un artículo, debemos emplear soluciones de etiquetado o packaging que logren proteger el producto frente a manipulaciones, falsificaciones o malversaciones. Suelen aplicarse al sector farmacéutico, a productos electrónicos o informáticos de gran valor, entre otros.

Hablamos de materiales que deben lograr una evidencia de apertura (tamper evidence), deben garantizar la integridad del producto como lo consiguen los materiales tipo VOID, tienen que evitar la falsificación o que puedan evidenciar una manipulación de un bien. Se trata de productos muy específicos, preparados y escogidos minuciosamente para estas aplicaciones.

Además de la seguridad, para el sector farmacéutico también se han buscado otras soluciones de etiquetado para algunas problemáticas surgidas a su alrededor. Sobre todo para etiquetado a bajas temperaturas o criogenización, para bolsas de sangre, para evitar la total migración, para envases de pequeño diámetro o para envoltorios de esterilización de un solo uso. Desarrollo de frontales base papel o film y adhesivos prácticamente a la carta para este sector donde es necesario el cumplimiento de normativas, la homologación y el compromiso de mantener el producto a largo plazo, una vez homologado.

Cuando hablamos de etiquetas para logística, comercio al por menor, retail o e-commerce, hablamos sobre todo de soluciones de etiquetado con materiales térmicos directos o láser para impresión flexográfica. Materiales multicapa, que cada vez son más demandados, o los flúor y/o opacados. Todos ellos con adhesivos permanentes, o bien los hot melt si aplicamos la etiqueta en cajas con una carga importante de cartón reciclado.

Si nos centramos en productos de higiene doméstica o cuidado personal las etiquetas con frontales de polipropileno o polietileno son los idóneos, combinados con los mejores adhesivos, dependiendo mucho del tipo de envase y sus formas.

Para productos con envases más irregulares o curvos los films más flexibles serían los idóneos, para los comprimibles los polietilenos serían una opción fantástica.

En cuanto al etiquetado en el sector de la alimentación lo que se busca es garantizar cada vez más la seguridad del consumidor. Esto se consigue utilizando materiales fílmicos para que las etiquetas no oculten un producto fresco, buscando etiquetas sostenibles y biodegradables, dando solución de etiquetado a productos a temperatura ambiente, refrigerados, congelados o con contacto directo con los alimentos.

Para ello existen los frontales aptos y los adhesivos idóneos según cada una de las situaciones o problemáticas por las que atraviesa el alimento o su embalaje. Así, si la superficie de embalaje se va a congelar o humedecer es mejor utilizar un adhesivo hot melt. Si la etiqueta se adhiere en embalajes que se encuentren secos y luego se congelen, el adhesivo especial para congelados sería el adecuado.

En el caso de productos refrigerados, que han de resistir humedad, grasa o para atmósfera modificada, los adhesivos congelados o removibles serían correctos. Por la contra, en productos envasados al vacío el adhesivo hot melt base caucho sería el ideal.

En alimentos almacenados a temperatura ambiente las etiquetas serán más atractivas pues se encontrarán directamente en los lineales. Así, al no tener que estar refrigerados, no sufrirán ningún deterioro y serán aptos para ellos los adhesivos permanentes base acrílica, hot melt o incluso el de congelados. Así mismo, los adhesivos removibles serán cada vez más utilizados para alimentos que se encuentren en las secciones de confitería, repostería, harinas o pan, para hacer etiquetas de apertura y cierre.

En el sector de las bebidas es donde menos variedad de adhesivos existen, pero sí más diversidad de frontales, pues en la diferencia y la originalidad se encuentra el poder de atracción para un potencial consumidor. La gama de frontales para vino, cerveza, espirituosos, es interminable en la mayoría de los proveedores de papel, y el adhesivo para botellas el que ofrecen todos ellos. Pero en este sector se presentan diversas problemáticas que no se solucionan solamente con el adhesivo, sino con tratamientos que incorpora la materia prima.

Por un lado, esta etiqueta de alto valor añadido se enfrenta, una vez aplicada en el artículo y una vez este es adquirido por el consumidor, con hasta tres posibles dificultades. Por un lado,  la pérdida de opacidad de la etiqueta en contacto con humedad, por otro las arrugas que la etiqueta puede presentar por condensación, o las anteriores junto con la caída de la etiqueta al estar en cubitera o en un enfriador de botellas. Las soluciones planteadas por casi todos los proveedores van desde tratamientos en el frontal (por ejemplo AquaOpaque, Waterproof o Ice, dependiendo del proveedor) para garantizar que la etiqueta no pierda opacidad ni se ponga gris, hasta añadir una barrera de PP o PET entre el frontal y el adhesivo que defienda la etiqueta frente a la humedad y no deje que llegue a arrugarse o caerse. Desde luego, utilizar frontales fílmicos para vinos sería otra solución rápida que solventaría a un tiempo las tres problemáticas expuestas.

 

Fuentes: Coreti, UPM Raflatac, Avery Dennison, Ritrama, Arconvert.